martes, 26 de julio de 2016

El clásico y el nuevo Imperialismo.



La revolución industrial trajo como consecuencia  una carrera expansionista a nivel mundial de los países industrializados europeos.  El objetivo era repartirse los territorios fáciles de conquistar, con inestabilidad política y/o militar, para poder hacerse de su materia prima y su mano de obra a un bajísimo costo. Lo interesante, es que estos países fáciles de conquistar, eran a los que antes les compraban sus recursos pero de forma legal.  El imperialismo fue la gran solución en favor al lucro capitalista. Como un empresario buscando, de alguna manera, reducir los gastos de producción para incrementar las ganancias. En esa habilidad radica el éxito cualquier empresario y/o país industrial. El tema es: ¿De qué manera? ¿A costo de qué?El imperialismo, fue para muchos países industriales, la mejor manera de reducir (casi por completo) los gastos de producción. La materia prima había que comprarla con precios inflados por las aduanas particulares de cada territorio. Por lo tanto, siempre es mejor conquistar el territorio, y hacerse dueño de los recursos naturales, que comprarlos. Y por otro lado, la mano de obra en Europa empezaba de a poco a ser mejor tratada, todo a raíz de la aparición de los nuevos movimientos políticos obreros, y como consecuencia, los sindicatos, que van a negociar cara a cara con el empresario explotador. Es por eso, que era más rentable conquistar también a sus trabajadores e implementar un sistema de trabajo casi esclavista. Claramente todo iba a salir más barato.Luego, la materia prima extraída, viajaba en grandes barcos a las metrópolis europeas. La misma se transformaba en productos manufacturados en las fábricas. Todo  gracias a la tecnología, que le permitió al empresario, el reemplazó del trabajo artesanal de varios hombres calificados bien pagos, por el de unos pocos descalificados y mal pagos. La tecnología también actuó como otro gran recurso a la hora de buscar reducir los gastos de producción.Finalmente, aquellos productos manufacturados, que fueron extraídos de esos territorios conquistados y con mano de obra casi esclava de sus propios habitantes, iban a ser comprados, a altísimos precios, y aunque parezca mentira, por esos mismos trabajadores.  Los territorios conquistados estaban obligados económica y políticamente a comerciar con su país usurpador, y claramente, no los dejan fomentar su propia industria. Por lo tanto, era el negocio perfecto.Esta idea de cómo debía funcionar el mundo, la llevó a cabo la burguesía europea del SXIX bajo el disfraz de llevar el progreso a estos pobres territorios.De esta manera los sectores débiles del mundo se repartieron, principalmente, entre Inglaterra, Francia, Italia y Alemania. Siendo África y Asia, los continentes más ocupados y castigados. Este reparto del mundo fue uno de los motivos de la primera guerra mundial.A finales del XIX, se dio el auge del imperialismo y de la segunda revolución industrial. Pero también, se dio el inicio progresivo de una nueva etapa del imperialismo, donde se reemplazó la conquista de nuevos territorios por la conquista de nuevos mercados.Luego de las guerras mundiales del Siglo XX, quedaron rigiendo el mundo EEUU, URSS y una nueva forma de imperio. La principal diferencia, es que se reemplaza conquista militar por una conquista económica, de mercados a nivel mundial. Es la llamada: Globalización. Los países dominantes fomentan el anticolonialismo y el  nacimiento de nuevos estados, para luego poder incorporarlos en su red comercial de la cual será muy difícil salir. Todo mediante la “recomendación” del nuevo presidente o líder. Esta imposición de gobiernos que se ajusten a sus mercados e ideología, es lo que los hace seguir siendo, a pesar de aparentar ser libres, territorios conquistados.

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